WATCH VALUE

 

 

 

Estamos viendo últimamente como ciertos modelos muy demandados de marcas conocidas se ofrecen a través de canales «no oficiales» a precios que llegan a duplicar incluso los precios de tarifas oficiales de  las marcas.

Esta realidad es consecuencia de una estudiada estrategia comercial que no hace sino validar y consolidar el valor de ciertos modelos de marcas conocidas. Esta práctica comercial se ha denominado y acuñado con el término «DESABASTECIMIENTO PROGRAMADO».

¿Por qué ocurre esto? muy fácil. Este tipo de estrategias están estudiadas y no responden a criterios fortuitos ni de azar.

Un rasgo que define a gran parte, o a la referente en el mercado del consumo es que el comprador desea lo que no todo el mundo puede conseguir.
Esto hace que el producto adquiera o se impregne de un valor añadido dada la «rareza o dificultad para poseerlo». Pero se hace complicado y nos hace ser escépticos cuando una marca en concreto imposibilita  la normal distribución para conseguir ciertos modelos sin exponer los motivos que justifican dicha falta de accesibilidad .

Marcas como Rolex o Patek han anunciado oficialmente una reducida producción de ciertos modelos lo que hace necesaria una lista de espera para acceder a estos.
¿El resultado? pues ver como aparecen estos modelos de relojes a precios «INFLADOS» que en algunos casos incluso duplican los PVP de tarifa.
A las marcas que desarrollan y aplican este tipo de prácticas,  lejos de perjudicarles este tipo de «post-ventas» entre particulares o de «profesionales» que venden estos modelos fuera de la distribución oficial, les sirve para sondar, testear y validar el valor y les sirve incluso para poder programar a futuro nuevas subidas de tarifa.

Seamos sensatos… ¿Realmente un modelo de acero es más difícil de producirse?

Hablando en términos prácticos una marca podrá «justificar» la complejidad o dificultad de fabricar relojes joya. Para desarrollar estos relojes de alta joyería requieren de un arduo proceso para el análisis,  selección, criba y engaste de las gemas empleadas. Podrían decirnos también que los metales preciosos requieren de un complejo proceso para controlar que la composición de los mismos sea siempre la que corresponda a los ratios de calidad que la marca emplea… pero, ¿en un reloj de acero?, ¿estamos de broma?

Hace ya años la marca Rolex modificó sus referencias de numeración individual para no permitir conocer la fecha de fabricación de un reloj concreto. Antes del 2010, momento en el que la numeración pasó a ser RANDOM (sistema aleatorio de 7 dígitos), se podía perfectamente saber la fecha de producción de un Rolex. Hay tablas además para poder consultar incluso. A partir del 2010 seguro que en fábrica habrá una fórmula, argoritmo o proceso de cálculo para conocer lo que el cliente no sabe, pienso que será algo que guarden con celo e incluso sujeto a contratos de confidencialidad con los empleados que lo conocen.

Tal vez este desabastecimiento programado sea una ilusión y la fábrica en suiza esté almacenando relojes y relojes (o tal vez sólo hayan decelerado y puesto freno a la producción de los modelos más demandados y comerciales para favorecer la burbuja). Un reloj no es como una casa, aunque algunos cuesten más que un coche de gama alta,  y siempre habrá quien esté dispuesto a pagar el sobre-precio por lucir un modelo en concreto que otros no puedan conseguir.

El consumo y nosotros los consumidores como motor del mismo estamos cebando a este monstruo. Un producto existe mientras haya demanda. De no haberla el producto no tiene sentido y termina convirtiéndose en algo prescindible e innecesario…

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