Muchas veces habremos oido hablar sobre los relojes cronómetros y acerca de su exactitud y precisón respecto de los relojes no denominados cronómetros. Una forma sencilla de sintetizar o denominar este tipo de reloj es diciendo del mismo que un «reloj cronómetro es un reloj más preciso que ha pasado por un control a fin de verificar su funcionamiento». Teniendo por tanto este concepto claro cuestión a plantear sería, ¿Qué necesita un reloj por tanto para ostentar el título de cronómetro?
Muy sencillo, o más complicado, según se mire.
Para que un reloj tenga el certificado de cronómetro la marca debe entregar los mecanismos al COSC, que es el centro o Control Oficial Suizo de Cronómetros.
Cada movimiento se controla durante 15 días dentro de cinco posiciones y a tres temperaturas (8, 23 y 38 grados centígrados).
Para recibir el certificado COSC un movimiento debe cumplir siete criterios relacionados con parámetros concretos tales como la marcha diurna media, la diferencia de marcha entre posiciones horizontales y verticales, o la precisión frente a las variaciones térmicas.
Como mínimo se estipula que la desviación de marcha debe ser inferior a 4/+6 segundos al día (para un movimiento de un diámetro superior a 20 mm).
Cada cronómetro se identifica por un número grabado en el movimiento y por un número de certificado COSC.
Inspirándose en la norma ISO 3159, el COSC también controla los cronómetros de cuarzo. Cada movimiento se somete a una batería de tests que dura 11 días, en una posición y a tres temperaturas. Está también sometido durante un día a rotaciones en tres dimensiones y debe sufrir 200 choques de un valor de 100 G (cien veces la gravedad terrestre).
El término cronómetro se aplica erróneamente muchas veces en instrumentos horarios provistos de un mecanismo adicional acelerado por pulsadores y que permite medir la duración de un evento.
Tal instrumento es un chronograph o chronoscope (según terminología del COSC), que obviamente puede pasar los criterios de la norma para poder llevar el nombre de cronómetro, pero no es suficiente.
Los fabricantes no están obligados a dar a conocer si su movimiento ha superado las pruebas del COSC, pero si lo hacen, pueden disfrutar de esta certificación toda la vida del movimiento, siempre que no se le hagan variaciones, en cuyo caso debería volver a someterse al examen del COSC.
Como podréis comprender, un reloj que posea este certificado ofrece un valor añadido frente al que no lo tiene, algo que también se nota en su precio.

